Concepto de tarjeta Revolving:
Concepto de tarjeta Revolving:
La tarjeta revolving tiene un cierto parecido con un crédito al consumo ordinario, pero lleva a confusión en el cliente.
Quien recibe un crédito debe pagar el interés remuneratorio, esto es, el estipulado sobre el dinero que ha dispuesto el financiado (bastante alto, si lo comparamos con el que se establece para los créditos al consumo ordinarios), aunque sólo por las sumas de las que efectivamente haya dispuesto (y de las que puedes volver a disponer conforme vas devolviendo las cantidades de dinero) a diferencia de lo que sucede en el préstamo tradicional en el que los intereses se aplican al total de la suma prestada.
Ello implica que, ante elevados tipos de interés de la cuota de la tarjeta, cuando se pagan cuotas mensuales bajas, la amortización del total se realizará en un período de tiempo muy prolongado, lo que supone el pago total de una cifra muy elevada de intereses a medio y largo plazo, y que se calculan sobre el total de la deuda pendiente.
Ello es comprobable en el simulador que el Banco de España pone al servicio de los clientes.
En cambio, en los créditos al consumo ordinarios se pacta un plazo de amortización determinado mediante el pago de un número concreto de cuotas periódicas.
Los créditos al consumo ordinario, con carácter general, están destinados a financiar la adquisición de bienes de carácter duradero, mientras que los créditos de tarjetas revolving sirven para realizar todo tipo de compras normalmente más pequeñas.
Por eso en los créditos al consumo se pacta una garantía mediante reservas de dominio, prohibición de disponer del bien, o la posibilidad de iniciar un procedimiento directamente ejecutivo (art. 250-1 -10º y 11º de la LEC), por ejemplo.
Estas diferencias son las explican que el tipo de interés con el que se debe de hacer la ponderación es, en principio, el específico para tarjetas revolving, que, porque adolece de las garantías del crédito al consumo, explicaría que su media sea notoriamente superior.
