Problemas con la comunión entre parejas divorciadas

Sin crear un debate basado en
consideraciones religiosas, la primera comunión es uno de los
acontecimientos más importantes en la vida de cualquier niño. Sin embargo,
llevar a cabo esta ceremonia puede no ser tan sencillo cuando hablamos de parejas divorciadas.

Aunque en muchos casos los progenitores
logran resolver esta situación de la manera más sencilla, hay casos que no. Por
parte de nuestros Abogados, la mejor
solución es emplear el sentido común y llegar a un mutuo acuerdo por el bien de
los hijos.

¿Quién debe tomar la decisión de celebrar la
comunión?

Es importante recordar que la decisión
de llevar a cabo la primera comunión está dentro del
ejercicio de la patria potestad y la hace una decisión que debe ser tomada por
ambos progenitores. 

Cómo está estimado en Sentencia
del Tribunal Supremo de 7 de diciembre de 2013 de forma muy clara con
relación a las celebraciones sociales y religiosas.

Aun así, en caso de no llegar a un
acuerdo, cualquiera de los dos progenitores estará en la libertad de acudir a
un juez, a fin de lidiar con la situación. Según está contemplado en el
artículo 156 del código civil.

Mediante este procedimiento, el
progenitor solicitante realizará la petición ante la jurisdicción, el mismo
será quien atribuya la decisión a uno de los padres referente a la celebración
de la comunión garantizando así el disfrute del niño o niña.

¿Quién debe costear los gastos de la celebración?

Por supuesto, es meritorio recalcar que
este se considera un gasto extraordinario
no previsible, por tanto no está incluido en la pensión alimenticia y
deberá ser costeado por ambos progenitores en la proporción establecida en la
sentencia o mediante “previo acuerdo”.

Ahora, una gran duda radica es ¿Quién abona los gastos en el caso de que
uno de los progenitores se niegue a la celebración? 

Pues, al ser un gasto
extraordinario no necesario, éste deberá ser asumido por quien lo propone, es
decir, el progenitor que desea celebrar la comunión.